“En Argentina el deporte tiene un
lugar de inclusión, porque es una política de Estado”, cuenta la Ministra de
Desarrollo Social, Alicia Kirchner; “Fomentar la igualdad de derechos a las
actividades deportivas ayuda a sacar a chicos de las esquinas, los pone en
clubes a practicarlas y a realizar actividades culturales”, relata el
Subsecretario de Deporte Comunitario de la Nación, Luis Vivona; “El deporte es
una herramienta fundamental para incluir socialmente a personas en situación de
vulnerabilidad, se siembran valores que ayudan al crecimiento personal”, cuenta
el ex full-back de Los Pumas Ignacio Corleto, quien actualmente preside Botines
Solidarios, una fundación que promueve al rugby social.
El
deporte es la actividad que brinda mayores posibilidades de desarrollo en
niños, jóvenes y adultos. El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación juega
un papel fundamental en esta cuestión, que a través de la Secretaría de
Deportes fomenta la inclusión en todo el país. Jorgelina Rimoldi, operadora del
área técnica de la Subsecretaría de Deportes, nos describió cómo se lleva a
cabo esta labor: “Trabajamos en los lugares más vulnerables del país, con gente
que nos solicita ayuda porque no tiene acceso prácticamente a nada. Brindamos
subsidios para refaccionar clubes; ayudamos con materiales de indumentaria
deportiva y de premiación a las entidades que no cuentan con personalidad
jurídica y las asesoramos para que la puedan conseguir y acceder a los
subsidios; ofrecemos capacitaciones a clubes para que sepan organizarse y
lograr autonomía; otorgamos becas a aquellos deportistas que hayan alcanzado
una determinada marca o participado a nivel nacional, sudamericano y
panamericano; proveemos de materiales para murgas, algo más cultural dentro de
lo deportivo, con la intención de que se incluyan a chicos en situación de
calle y sin contención; y organizamos actividades deportivas y recreativas en
un sector vulnerable determinado con la intención de que pueda participar cualquiera
que se acerque”.
Más
de cinco mil quinientos clubes de todo el país han sido beneficiados por algún
programa de ayuda social del Ministerio de Desarrollo, pero no es una cuestión
de pedir y recibir simplemente, se deben respetar ciertas pautas, y Diego
Achile, colaborador del programa Nuestro Club, que se ocupa de fortalecer a los
clubes de barrio y organismos deportivos, nos asesoró al respecto: “Se otorga
un apoyo económico a toda asociación civil sin fines de lucro con finalidad
deportiva. Se trata de buscar a los clubes con menor poder adquisitivo y les
solicitamos cinco requisitos básicos: nota de pedido, personalidad jurídica en
vigencia, acta de asunción de autoridades, constancia de cuit y estatuto. Con
esos puntos básicos pueden ingresar al Sistema Nacional de Clubes y acceder a
los subsidios. La documentación nos llega por medio de una actividad deportiva
provincial, municipal, o particular, con la posibilidad de recibir hasta 20 mil
pesos destinados sólo para la compra de material deportivo e indumentaria, y 10
mil para refacción. A veces es el municipio el que toma y luego reparte porque
no todas las entidades tienen la posibilidad de respetar los requisitos y
solicitar beneficios de manera particular, y siempre se debe presentar la factura
correspondiente para saber en qué se ha gastado el dinero”.
Achile también aclaró que el apoyo económico baja por medio de una
entidad provincial, como la Secretaría, o Subsecretaría de Deportes de la
Provincia. Si hay entidades o provincias que no desean ingresar al programa,
por diferencias políticas por ejemplo, el Ministerio busca otras alternativas,
como acordar con el municipio, o una fundación ligada, o alguna ONG, y si no
logra brindar el apoyo a través de ninguno de estos medios acuerdan
directamente con el club. Este año se han beneficiado más de seisientos centros
deportivos de todo el país, y más de cinco mil quinientos desde el nacimiento
de Mi Club en 2003.
A la
par de las iniciativas gubernamentales existen muchas organizaciones que se
dedican exclusivamente a la inclusión a través del deporte, como Botines
Solidarios, que desde 2009 promueve al rugby como una herramienta de
transformación social, con la idea de reforzar los valores de esta actividad
independientemente del contexto y ámbito en que se practique.
Decidimos acercarnos a Cerviño 3920, la sede central de la fundación
presidida por Corleto, para interiorizarnos sobre sus actividades. Nos recibió
Bruno Volpe, el encargado de comunicación, y nos comentó lo siguiente:
“Contamos actualmente con tres programas: Rugby Social Argentino, en el cual la
idea es fortalecer a los equipos con dificultades económicas, e impulsar a los
chicos a que luchen para conseguir la indumentaria, a través de rifas o
eventos, entre otras propuestas; Rugby & Hockey en los Barrios, con el que
promovemos ambos deportes en áreas muy humildes de la Capital Federal y
aportamos con indumentaria, materiales de construcción y entrenadores; y
Libertad desde el Deporte, que organiza torneos de rugby en las cárceles y
tiene como base cambiar el paradigma del encierro en Argentina, donde los
presos tienden a salir peor, y creemos que esta práctica puede funcionar como
una herramienta de buenos valores que ayuden a la inserción”.
Para
cada uno de los programas Botines Solidarios cuenta con el apoyo de diferentes
entes gubernamentales, dejando de lado cualquier diferencia partidaria: en
Rugby Social Argentino trabaja junto al Ministerio de Desarrollo Social, en
Rugby & Hockey en los Barrios con la Secretaría de Hábitat e Inclusión de
la Ciudad de Buenos Aires, y en Libertad desde el Deporte con el Ministerio de
Justicia de la Provincia de Buenos Aires. La fundación se mantiene con el
aporte económico de socios, que son empresas y personas particulares, y ayuda
con voluntarios y donativos.
Botines Solidarios tiene su propio equipo de rugby (para varones) y
hockey (para mujeres), Barrios Unidos del Sur, que surgió tras la unión de
clubes ayudados de Barracas, Cildañez, Los Piletones, Ciudad Oculta, Piedra
Buena, Lugano y Villa Soldati. Entrena en Parque Roca, donde lograron incorporar las haches, los arcos
para las chicas y construir los vestuarios. Participa en una liga denominada
Rugby & Hockey Social en Desarrollo, creada este año por los propios participantes (Barrios Unidos, Villa 31, Del
Oeste Rugby Club, Ensenada Rugby, Guernica, Avellaneda Athletic), con la
intención de fomentar la inclusión y priorizar los valores del compañerismo y
el trabajo en equipo por encima del resultado.
En
las unidades penitenciarias, tanto de mayores como de juveniles, Botines
Solidarios y la Fundación DAD, organizan torneos intercarcelarios, y partidos
entre presos y equipos como Vecinos Unidos, Varela Junior, o Los Tilos, entre
otros. En estos encuentros los jugadores de los equipos se disponen a
enseñarles rugby a los reclusos, a darles una oportunidad de no sentirse
excluidos y a promover los valores del compañerismo. Con respecto a esta
iniciativa, Bruno Volpe nos cuenta: “Apuntamos a la mejora del comportamiento
en las unidades penitenciarias, a bajar el nivel de violencia, a que esas
personas privadas de su libertad gasten energía en una actividad que los saque
de la rutina. La semana pasada uno de los conjuntos no tenía botines, y otro
que ya había jugado se los prestó. Eso es un gran ejemplo de lo que queremos
lograr”.
El
año pasado se presentó por primera vez en el país la Diplomatura en Deporte
Social, impulsada por la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) en conjunto
con la Secretaría de Deporte del Ministerio de Desarrollo Social, con el
objetivo de asistir en la planificación y conducción de procesos de enseñanza del
deporte y contribuir a la gestión de eventos orientados a la promoción social del mismo. “La Diplomatura en Deporte Social se presenta
pensando en aquellos sujetos y organizaciones que están trabajando en
diferentes barrios, promoviendo enseñanzas deportivas y utilizando al deporte
como una herramienta fundamental de inclusión. Las universidades nacionales
trabajamos en políticas de Estado y en acercar la universidad a la gente, en
este caso con la creación de la Diplomatura”, resaltó Nancy Ganz,
Vicerrectora de la (UNDAV). Por su parte, el Subsecretario Vivona manifestó: “La capacitación es una herramienta esencial
para el desarrollo humano y desde nuestro espacio lo entendemos así, por eso
abrimos las puertas del CENARD para que esto se lleve a cabo”.
El deporte como inclusión en la Argentina surgió en 1948 con la creación de los Juegos Infantiles Evita, patrocinados por la Fundación Eva Perón, que tenían como objetivo manifestar la solidaridad y el respeto a través del deporte, y darle la posibilidad de hacer actividades físicas a cada niño del país. Inicialmente abarcaban prácticas como atletismo, natación, básquet y esgrima, entre otras. Actualmente se denominan Juegos Nacionales Evita y no sólo fomentan la inclusión de menores, sino también de personas mayores de 60 años, con actividades como tejo, ajedrez, o sapo. Son los certámenes deportivos más inclusivos de Lationamérica con más de un millón de participantes.
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