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1 de noviembre de 2014

Deporte como inclusión social en Argentina


               
           Deporte como inclusión social en Argentina

Mao Castro (@MaoGCastro)

“En Argentina el deporte tiene un lugar de inclusión, porque es una política de Estado”, cuenta la Ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; “Fomentar la igualdad de derechos a las actividades deportivas ayuda a sacar a chicos de las esquinas, los pone en clubes a practicarlas y a realizar actividades culturales”, relata el Subsecretario de Deporte Comunitario de la Nación, Luis Vivona; “El deporte es una herramienta fundamental para incluir socialmente a personas en situación de vulnerabilidad, se siembran valores que ayudan al crecimiento personal”, cuenta el ex full-back de Los Pumas Ignacio Corleto, quien actualmente preside Botines Solidarios, una fundación que promueve al rugby social.

El deporte es la actividad que brinda mayores posibilidades de desarrollo en niños, jóvenes y adultos. El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación juega un papel fundamental en esta cuestión, que a través de la Secretaría de Deportes fomenta la inclusión en todo el país. Jorgelina Rimoldi, operadora del área técnica de la Subsecretaría de Deportes, nos describió cómo se lleva a cabo esta labor: “Trabajamos en los lugares más vulnerables del país, con gente que nos solicita ayuda porque no tiene acceso prácticamente a nada. Brindamos subsidios para refaccionar clubes; ayudamos con materiales de indumentaria deportiva y de premiación a las entidades que no cuentan con personalidad jurídica y las asesoramos para que la puedan conseguir y acceder a los subsidios; ofrecemos capacitaciones a clubes para que sepan organizarse y lograr autonomía; otorgamos becas a aquellos deportistas que hayan alcanzado una determinada marca o participado a nivel nacional, sudamericano y panamericano; proveemos de materiales para murgas, algo más cultural dentro de lo deportivo, con la intención de que se incluyan a chicos en situación de calle y sin contención; y organizamos actividades deportivas y recreativas en un sector vulnerable determinado con la intención de que pueda participar cualquiera que se acerque”.


Más de cinco mil quinientos clubes de todo el país han sido beneficiados por algún programa de ayuda social del Ministerio de Desarrollo, pero no es una cuestión de pedir y recibir simplemente, se deben respetar ciertas pautas, y Diego Achile, colaborador del programa Nuestro Club, que se ocupa de fortalecer a los clubes de barrio y organismos deportivos, nos asesoró al respecto: “Se otorga un apoyo económico a toda asociación civil sin fines de lucro con finalidad deportiva. Se trata de buscar a los clubes con menor poder adquisitivo y les solicitamos cinco requisitos básicos: nota de pedido, personalidad jurídica en vigencia, acta de asunción de autoridades, constancia de cuit y estatuto. Con esos puntos básicos pueden ingresar al Sistema Nacional de Clubes y acceder a los subsidios. La documentación nos llega por medio de una actividad deportiva provincial, municipal, o particular, con la posibilidad de recibir hasta 20 mil pesos destinados sólo para la compra de material deportivo e indumentaria, y 10 mil para refacción. A veces es el municipio el que toma y luego reparte porque no todas las entidades tienen la posibilidad de respetar los requisitos y solicitar beneficios de manera particular, y siempre se debe presentar la factura correspondiente para saber en qué se ha gastado el dinero”.


Achile también aclaró que el apoyo económico baja por medio de una entidad provincial, como la Secretaría, o Subsecretaría de Deportes de la Provincia. Si hay entidades o provincias que no desean ingresar al programa, por diferencias políticas por ejemplo, el Ministerio busca otras alternativas, como acordar con el municipio, o una fundación ligada, o alguna ONG, y si no logra brindar el apoyo a través de ninguno de estos medios acuerdan directamente con el club. Este año se han beneficiado más de seisientos centros deportivos de todo el país, y más de cinco mil quinientos desde el nacimiento de Mi Club en 2003.

A la par de las iniciativas gubernamentales existen muchas organizaciones que se dedican exclusivamente a la inclusión a través del deporte, como Botines Solidarios, que desde 2009 promueve al rugby como una herramienta de transformación social, con la idea de reforzar los valores de esta actividad independientemente del contexto y ámbito en que se practique.

Decidimos acercarnos a Cerviño 3920, la sede central de la fundación presidida por Corleto, para interiorizarnos sobre sus actividades. Nos recibió Bruno Volpe, el encargado de comunicación, y nos comentó lo siguiente: “Contamos actualmente con tres programas: Rugby Social Argentino, en el cual la idea es fortalecer a los equipos con dificultades económicas, e impulsar a los chicos a que luchen para conseguir la indumentaria, a través de rifas o eventos, entre otras propuestas; Rugby & Hockey en los Barrios, con el que promovemos ambos deportes en áreas muy humildes de la Capital Federal y aportamos con indumentaria, materiales de construcción y entrenadores; y Libertad desde el Deporte, que organiza torneos de rugby en las cárceles y tiene como base cambiar el paradigma del encierro en Argentina, donde los presos tienden a salir peor, y creemos que esta práctica puede funcionar como una herramienta de buenos valores que ayuden a la inserción”.


Para cada uno de los programas Botines Solidarios cuenta con el apoyo de diferentes entes gubernamentales, dejando de lado cualquier diferencia partidaria: en Rugby Social Argentino trabaja junto al Ministerio de Desarrollo Social, en Rugby & Hockey en los Barrios con la Secretaría de Hábitat e Inclusión de la Ciudad de Buenos Aires, y en Libertad desde el Deporte con el Ministerio de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. La fundación se mantiene con el aporte económico de socios, que son empresas y personas particulares, y ayuda con voluntarios y donativos.

Botines Solidarios tiene su propio equipo de rugby (para varones) y hockey (para mujeres), Barrios Unidos del Sur, que surgió tras la unión de clubes ayudados de Barracas, Cildañez, Los Piletones, Ciudad Oculta, Piedra Buena, Lugano y Villa Soldati. Entrena en Parque Roca, donde  lograron incorporar las haches, los arcos para las chicas y construir los vestuarios. Participa en una liga denominada Rugby & Hockey Social en Desarrollo, creada este año por los propios  participantes (Barrios Unidos, Villa 31, Del Oeste Rugby Club, Ensenada Rugby, Guernica, Avellaneda Athletic), con la intención de fomentar la inclusión y priorizar los valores del compañerismo y el trabajo en equipo por encima del resultado.


En las unidades penitenciarias, tanto de mayores como de juveniles, Botines Solidarios y la Fundación DAD, organizan torneos intercarcelarios, y partidos entre presos y equipos como Vecinos Unidos, Varela Junior, o Los Tilos, entre otros. En estos encuentros los jugadores de los equipos se disponen a enseñarles rugby a los reclusos, a darles una oportunidad de no sentirse excluidos y a promover los valores del compañerismo. Con respecto a esta iniciativa, Bruno Volpe nos cuenta: “Apuntamos a la mejora del comportamiento en las unidades penitenciarias, a bajar el nivel de violencia, a que esas personas privadas de su libertad gasten energía en una actividad que los saque de la rutina. La semana pasada uno de los conjuntos no tenía botines, y otro que ya había jugado se los prestó. Eso es un gran ejemplo de lo que queremos lograr”.

El año pasado se presentó por primera vez en el país la Diplomatura en Deporte Social, impulsada por la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) en conjunto con la Secretaría de Deporte del Ministerio de Desarrollo Social, con el objetivo de asistir en la planificación y conducción de procesos de enseñanza del deporte y contribuir a la gestión de eventos orientados a la promoción social del mismo. “La Diplomatura en Deporte Social se presenta pensando en aquellos sujetos y organizaciones que están trabajando en diferentes barrios, promoviendo enseñanzas deportivas y utilizando al deporte como una herramienta fundamental de inclusión. Las universidades nacionales trabajamos en políticas de Estado y en acercar la universidad a la gente, en este caso con la creación de la Diplomatura”, resaltó Nancy Ganz, Vicerrectora de la (UNDAV). Por su parte, el Subsecretario Vivona manifestó: “La capacitación es una herramienta esencial para el desarrollo humano y desde nuestro espacio lo entendemos así, por eso abrimos las puertas del CENARD para que esto se lleve a cabo”.


El deporte como inclusión en la Argentina surgió en 1948 con la creación de los Juegos Infantiles Evita, patrocinados por la Fundación Eva Perón, que tenían como objetivo manifestar la solidaridad y el respeto a través del deporte, y darle la posibilidad de hacer actividades físicas a cada niño del país. Inicialmente abarcaban prácticas como atletismo, natación, básquet y esgrima, entre otras. Actualmente se denominan Juegos Nacionales Evita y no sólo fomentan la inclusión de menores, sino también de personas mayores de 60 años, con actividades como tejo, ajedrez, o sapo. Son los certámenes deportivos más inclusivos de Lationamérica con más de un millón de participantes.

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