Historia albiceleste
Argentina y los mundiales
Uruguay 1930
El debut mundialista de la Selección
argentina se dio en la Copa Mundial de 1930, la primera de la historia, y con
sede en Uruguay. El conjunto “albiceleste” no precisó clasificarse, como
ninguno de los participantes, debido a que la Federación Internacional de Fútbol
Asociado (FIFA por sus siglas en francés) había decretado que todos los países
afiliados podían participar. De las 48 asociaciones, sólo 13 se anotaron para
el evento y se dividieron en cuatro grupos, de los cuales uno, el A, estaba
compuesto por cuatro naciones: Argentina, Chile, Francia y México. El resto de las
zonas se conformaron con tres conjuntos en cada una.
La Selección disputó su primer encuentro el
15 de julio en el Estadio Parque Central contra Francia, que 48 horas antes
había derrotado a México por 4 a
1. Varios jugadores galos sintieron las pocas horas de descanso y su estrella,
Lucien Laurent, cojeó durante casi todo el partido debido a una fuerte entrada
del defensor argentino Luis Monti. El mismo Monti anotó de tiro libre a los 81’ , y a seis minutos del final,
cuando el delantero francés Marcel Langiller tenía una ocasión manifiesta de
gol, el árbitro brasileño Gilberto de Almeida Rego finalizó la contienda por
equivocación, acto que provocó la furia del público, mayormente uruguayo, que
invadió la cancha para insultar a los jugadores argentinos. Tras reconocer su
error el juez les solicitó a los jugadores de ambos planteles que volvieran al
campo para completar el tiempo reglamentario, pero no hubo sobresaltos y
Argentina ganó 1 a
0.
El segundo reto fue ante México el 19 de
julio en el Estadio Centenario, con una victoria por 6 a 3. Los goles fueron
marcados por Gullermo Stábile, que debutó con hat-trick (8’ , 17’ , 80’ ), Adolfo Zumelzú (12’ , 55’ ) y Francisco Varallo (53’ ). Para el conjunto mexicano
anotaron Manuel Rosas (42’ ,
65’ ) y
Roberto Gayón (75’ ).
Lo curioso del encuentro fue que el árbitro boliviano Ulises Saucedo cobró tres
penales: el primero para Argentina a los 23 minutos (Oscar Bonfiglio detuvo el
disparo de Fernando Paternoster); y el segundo y el tercero para México, a los 42’ (convertido por Manuel
Rosas) y a los 65’
(Ángel Bossio controló el remate de Rosas).
En las semifinales, Argentina se enfrentó a
Estados Unidos el 26 de julio en el Centenario, venciéndolo por 6 a 1 con goles de Monti (20’ ), Alejandro Scopelli (56’ ), Stábile (69’ , 87’ ) y Carlos Peucelle (80’ , 85’ ). Debía enfrentarse al
local en la final, que había derrotado a Yugoslavia por la misma diferencia.
Alineaciones de la final:
Argentina:
Juan
Botasso, José Della Torre, Fernando Paternoster, Pedro Suárez, Juan Evaristo,
Luis Monti, Manuel Ferreira (capitán), Francisco Varallo, Mario Evaristo,
Guillermo Stábile, Carlos Peucelle.
Uruguay:
Enrique
Ballestero, José Nasazzi (capitán), Ernesto Mascheroni, José Andrade, Álvaro
Gestido, Lorenzo Fernández, Héctor Scarone, Pedro Cea, Pablo Dorado, Héctor
Castro, Santos Iriarte.
Delegación
argentina:
Arqueros:
Ángel Bossio (Talleres de Escalada), Juan Botasso (Argentino de Quilmes).
Ángel Bossio (Talleres de Escalada), Juan Botasso (Argentino de Quilmes).
Defensores:
José Della Torre (Racing), Edmundo Piaggio (Lanús), Ramón Muttis (Boca Juniors), Fernando Patternoster (Racing), Juan Evaristo (Sportivo Barracas), Alberto Chividini (Central Norte).
José Della Torre (Racing), Edmundo Piaggio (Lanús), Ramón Muttis (Boca Juniors), Fernando Patternoster (Racing), Juan Evaristo (Sportivo Barracas), Alberto Chividini (Central Norte).
Mediocampistas:
Luis Monti
(San Lorenzo), Adolfo Zumelzú (Estudiantil Porteño), Pedro Suárez (Boca Juniors),
Rodolfo Orlandini (Estudiantil Porteño).
Delanteros:
Natalio
Perinetti (Racing), Carlos Peucelle (Sportivo Buenos Aires), Francisco Varallo
(Gimnasia y Esgrima La Plata), Alejandro Scopelli (Estudiantes de la Plata),
Manuel Ferreira (Estudiantes de la Plata), Guillermo Stábile (Huracán), Roberto
Cherro (Boca Juniors), Atilio Demaría (Estudiantil Porteño), Mario Evaristo
(Boca Juniors), Carlos Spadaro (Lanús).
Directores
técnicos:
Francisco
Olazar, Juan José Tramutola.
Curiosidades:
- Argentinos y uruguayos estaban acostumbrados a jugar con pelotas distintas, por lo que el árbitro decidió que se jugara con una en el primer tiempo y con otra en el segundo (2 – 1 pelota argentina; 0 – 3 pelota uruguaya).
- Argentinos y uruguayos estaban acostumbrados a jugar con pelotas distintas, por lo que el árbitro decidió que se jugara con una en el primer tiempo y con otra en el segundo (2 – 1 pelota argentina; 0 – 3 pelota uruguaya).
- El primer
hat-trick de la historia fue convertido por Guillermo Stábile en su debut
frente a México.
- El
Goleador del torneo fue Guillermo Stábile con ocho tantos.
- Monti,
Ferreira y Stábile formaron parte del Once Ideal del Mundial.
- El primer
gol de penal de la historia se lo convirtió México a la Argentina.
- Argentina
fue la selección que más partidos jugó (cinco).
Respuesta argentina tras la derrota
Varios jugadores argentinos expresaron su
fastidio con el público uruguayo tras perder la final. Existió una “guerra
psicológica” fuera de las canchas, y física pero extra futbolística dentro, y
quisieron dejar en claro que no fueron “para atrás”.
Luis Monti declaró en los medios que le
mandaron anónimos amenazando a él y a su familia, y le dedicaron serenatas que
no lo dejaron dormir en la noche anterior al encuentro, que vivió un clima “horrible”.
También comentó que al volver al segundo tiempo había 300 militares con
bayonetas caladas, y que se dio cuenta que cualquier reacción “encendería la
pólvora”. Compañeros declararon haber visto a Monti temblar y llorar
desconsolado en el descanso.
El wing derecho Carlos Peucelle dijo que
fueron amenazados de muerte, que muchos factores incidieron para perder la
final, y que si se hubiese jugado en Argentina serían campeones.
El capitán, “Nolo” Ferreyra, reconoció que
el rival fue superior pero que el conjunto argentino recibió amenazas y que
varios compañeros no querían salir a jugar el segundo tiempo por temor.
Mario Evaristo criticó a los dirigentes
argentinos tildándolos de desorganizados y se quejó de la inclusión de “Pancho”
Varallo, que jugó la final desgarrado.
Por su parte, el público argentino recibió
con insultos a los jugadores, con un especial ensañamiento hacia Luis Montí,
que había tenido un deficiente desempeño durante todo el encuentro. Tal fue el
repudio hacia el jugador de San Lorenzo que tuvo que migrar del país y terminó
su carrera en el fútbol italiano. Además, una muchedumbre intentó asaltar la
embajada uruguaya que casi termina con las relaciones diplomáticas entre ambas
naciones.
El Caso Monti
Luego de varios años de la final del ‘30 se supo
que las amenazas hacia Luis Monti provenían de dos agentes fascistas enviados
por el dictador italiano Benito Mussolini, Marco Scaglia y Luciano Benetti,
quienes se hicieron pasar por simpatizantes uruguayos. El fin era que el “Doble
Ancho” jugara para la Selección italiana en el próximo Mundial debido a su
importante trayectoria, y lograron su cometido.
Tras sentir que su carrera había acabado
debido al aborrecimiento que recibió por parte de la afición argentina, una
nueva oportunidad golpeó en su casa a los pocos días: lo visitaron dos
italianos que en el peor momento de su carrera le ofrecían cinco mil dólares
mensuales, una casa y un auto por ir a jugar a Italia, y 50 mil dólares más
cuando tenga el pase libre en sus manos. Monti ganaba 50 dólares mensuales en
San Lorenzo y sumaba otro tanto con su trabajo en la Municipalidad de Buenos
Aires.
Al profesionalizarse el fútbol argentino en
1931, el mediocampista quedó libre y pudo elegir dónde jugar. Firmó con la Juventus,
pero las órdenes de su contratación no provenían desde Turín, sino desde Roma.
Luis Monti jugó en la “azzurra” y se
consagró campeón del mundo en Italia 1934, junto con otros tres jugadores
argentinos: Raimundo Orsi, Enrique Guaita y Atilio Demaría.
Italia 1934
Italia 1934 fue la primera sede europea de
la Copa Mundial. El ganador de la edición anterior, Uruguay, decidió no
participar debido al boicot que había sufrido en el ‘30 por parte de varias
naciones del viejo continente, y hasta hoy es el único campeón que no defendió
el título.
Argentina para clasificar tenía que
enfrentarse a Chile en el grupo 10 por eliminación directa, ya que, a
diferencia del ’30, 31 asociaciones solicitaron ingresar. La Selección se
retiró del encuentro debido a que desde 1931 el fútbol nacional estaba dividido
en dos asociaciones: Asociación Amateurs Argentina de Football (AAAF) y Liga
Argentina de Football (LAF). Sólo la primera estaba asociada a la FIFA, y sus
jugadores eran todos amateurs, mientras que los mejores, los profesionales, se
encontraban en LAF. Los trasandinos se negaron a participar, por lo que
Argentina reconsideró la posibilidad.
En esta edición no hubo fase de grupos,
participaron 16 seleccionados y se decidió jugar a eliminación directa desde
octavos de final.
La AAAF presentó un combinado amateur, con
un nivel muy lejano al que podían demostrar los jugadores de LAF. Argentina
debutó frente a Suecia el 27 de mayo en el Stadio del Littoriale, Bolonia, con
el arbitraje del austríaco Erwin Braun. Ernesto Belis (4’ ) y Alberto Galateo (48’ ) marcaron para la
“albiceleste”, y Sven Jonasson (33’ ,
67’ ) y
Knut Kroon (79’ )
sentenciaron la victoria sueca.
Delegación argentina:
Delegación argentina:
Arqueros:
Héctor
Freschi (Sarmiento de Resistencia), Ángel Grippa (Sportivo Alsina).
Defensores:
Ramón
Astudillo (Colón), Ernesto Belis (Defensores de Belgrano), Enrique Chimento
(Barracas Central), Juan Pedavilla (Estudiantil Porteño).
Mediocampistas:
Ernesto
Albarracín (Sportivo Buenos Aires), Arcadio López (Sportivo Buenos Aires),
Alfonso Lorenzo (Barracas Central), José Nehin (Desamparados), Constantino
Urbieta Sosa (Godoy Cruz).
Delanteros:
Alfredo
Devincenzi (Estudiantil Porteño), Alfredo Galateo (Unión), Roberto Irañeta
(Gimnasia y Esgrima de Mendoza), Luis Izzeta (Defensores de Belgrano),
Francisco Pérez (Almagro), Francisco Rúa (Dock Sud), Federico Wilde (Unión).
Director
técnico:
Felipe
Pascucci.
La Italia argenta
Italia
se consagró campeona del mundo con cuatro jugadores argentinos que también
lograron reconocimiento con la Selección Argentina: Luis Monti, Raimundo Orsi,
Enrique Guaita y Atilio Demaría.
Demaría fue subcampeón en 1930, pero no tuvo gran participación porque sólo fue incluido en el once inicial frente a México. Con la “azzurra” jugó su único partido frente a España, en el desempate, ya que el primero había finalizado
Orsi, subcampeón con Argentina en los Juegos
Olímpicos de 1928 y campeón del Sudamericano de 1927 (hoy Copa América), marcó
tres goles: dos en su debut en la
goleada por 7 a
1 frente a Estados Unidos, y el más importante, el del empate italiano en la
final frente a Checoslovaquia. Tuvo una participación activa durante toda la
competición.
Guaita debutó en cuartos frente a España, y
marcó su único gol en las semifinales contra a Austria, el gol que le daría a
los italianos el pase a la final. En la Selección argentina había debutado en
1933, pero en el ’34 pasó de Estudiantes de la Plata a Roma, y de ser
solicitado debía jugar para el seleccionado local. En 1937, ya jugando para
Racing, se consagró con Argentina campeón del Sudamericano.
Monti, también campeón en 1927 y subcampeón
en el ’28 y en el ’30, fue uno de los grandes caudillos de aquella Selección
italiana, el alma del medio campo y titular en todos los encuentros como
Orsi.
Una nueva presión mortal
La consagración italiana fue muy discutida,
debido a los enormes fallos arbitrales a su favor, a tal punto que varios
jueces fueron suspendidos en sus países de origen. El torneo fue utilizado por
el primer ministro Benito Mussolini como propaganda fascista y la “azzurra”
debía ganar o ganar.
En los días previos al inicio del certamen
el Duce les informó a los jugadores que sus vidas correrían peligro de no
obtener el campeonato. Por su parte al entrenador, Vittorio Pozzo, le advirtió:
“Usted es el único responsable del éxito, pero que Dios lo ayude si llega a
fracasar”.
Luis Monti, que ya tenía experiencia en
presiones, declaró años más tarde: “En Uruguay, en el ’30, me iban a matar si
ganaba, y en Italia, cuatro años después, si perdía”.
Francia
1938
Argentina no participó en la Copa Mundial de
Francia 1938. La razón oficial, brindada por el presidente de la Asociación del
Football Argentino de entonces, Eduardo Sánchez Terrero, fue el apoyo a Uruguay
en su boicot al torneo, como lo hizo toda América con excepción de Cuba y de Brasil,
que tenía intenciones de organizarlo en 1942.
Esta negación general se debió a la no
participación de varios países europeos en el Mundial del ’30 y la no
reorganización del evento en el continente americano. Existía un acuerdo entre
federaciones que consistía en alternar la organización de la Copa entre América
y Europa, y los dirigentes argentinos tenían la promesa de que el Mundial del
’38 se realizaría en sus tierras.
En una convención, el 13 de agosto de 1936,
en Berlín, Francia ganó la candidatura con 19 votos, seguida por Argentina con
4 y Alemania, la tercera en discordia, que no sumó ninguno.
Debido a la presión de la prensa, y de la
afición, los dirigentes de AFA les propusieron a los de FIFAconcurrir al
torneo siempre y cuando el equipo no juegue la eliminatoria, donde tenía que
enfrentarse a Brasil. La organización presidida por Jules Rimet dio el visto
bueno, pero los directivos argentinos decidieron finalmente no participar
solidarizándose con la Asociación Uruguaya de Football.
Argentina venía de consagrarse
campeona en el Sudamericano de 1937 y contaba con enormes figuras como José
Manuel Moreno, Bernabé Ferreyra, Herminio Masantonio, Vicente de la Mata y
Adolfo Pedernera, entre otros.
Al Mundial lo volvió a ganar Italia, esta vez sin argentinos, derrotando en la final a Hungría por
La guerra y la suspensión indefinida del torneo
Para la Copa de 1942 Argentina
volvió a presentarse como candidata, junto con Brasil y Alemania, pero el
inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939 obligó a la FIFA a suspender todos
los eventos mientras perdurara el conflicto, provocando la cancelación de las
ediciones del ’42 y del ’46.
En 1945 finalizó la guerra y
muchos países quedaron devastados, en su mayoría europeos. La FIFA decidió que
la Copa se reanude lo antes posible y Sudamérica era el sector ideal, debido a
que el conflicto bélico no había provocado desórdenes de infraestructura en la
región. Brasil presentó su candidatura y se convirtió en el organizador de la
edición de 1950.
Brasil
1950
Argentina tampoco participó
del Mundial del ’50, debido a inconvenientes entre la Asociación del Fútbol
Argentino y la Confederación Brasileña de Deportes (CBD), surgidos por la
ausencia “albiceleste” en el Sudamericano de 1949.
El seleccionado venía de ganar
tres Sudamericanos consecutivos (1945, 1946 y 1947) con la dirección técnica de
Guillermo Stábile. El fútbol nacional vivía una época dorada, con jugadores
como Alfredo Di Stéfano, Norberto Méndez, Ángel Labruna, René Pontoni y el aún
vigente José “Charro” Moreno, entre tantos.
Pero con el gobierno peronista surgieron los sindicatos y el fútbol no fue la excepción. Muchos clubes no pagaban como debían y el recientemente nacido Futbolistas Argentinos Agremiados decretó huelga general, lo que provocó la suspensión del torneo argentino de 1948, y al año siguiente la “fuga de talentos”, especialmente hacia Colombia y Chile. Este éxodo dejó a la “albiceleste” sin sus mejores hombres, y por tal motivo la AFA decidió no participar en el Sudamericano del ’49.
Pero con el gobierno peronista surgieron los sindicatos y el fútbol no fue la excepción. Muchos clubes no pagaban como debían y el recientemente nacido Futbolistas Argentinos Agremiados decretó huelga general, lo que provocó la suspensión del torneo argentino de 1948, y al año siguiente la “fuga de talentos”, especialmente hacia Colombia y Chile. Este éxodo dejó a la “albiceleste” sin sus mejores hombres, y por tal motivo la AFA decidió no participar en el Sudamericano del ’49.
Debido a esto La CBD decidió
prohibirle a los conjuntos brasileños enfrentarse con los argentinos. La AFA
consideró dicha actitud como “inamistosa”, canceló su inscripción en las
eliminatorias y por lo tanto renunció a la posibilidad de participar en el
Mundial. Argentina también decidió aislarse del Sudamericano del ’53 y del
Mundial del ’54.
El torneo lo ganó Uruguay derrotando por
Suiza
1954
En
Sudamérica, por primera vez se llevaba a cabo una eliminatoria. Hasta entonces,
los equipos eran invitados o clasificados por el retiro de otras asociaciones.
La selección, al igual que en la década anterior, contaba con excelentes
jugadores, de los mejores en el mundo, y ya había brillado en el campeonato
local. El fútbol nacional, como el resto de los deportes, estaba muy
politizado; el gobierno era partícipe pleno en las decisiones y, por órdenes
exclusivas del presidente Juan Domingo Perón, Argentina volvió a abstenerse de
participar en el Mundial. Tampoco había ido al Campeonato Sudamericano del ’53,
en Perú, y las causas, en ambos casos, eran las mismas de antes: seguíamos
ofendidos.
La eliminatoria fue ganada por Brasil, de manera invicta, en un
triangular junto a Paraguay y Chile. Uruguay ya había logrado su lugar en Suiza
tras haberse consagrado campeón en 1950. Alemania obtuvo su primer mundial, luego
de haber sido excluida en la edición anterior por problemas bélicos. Pero, el
espectáculo, la calidad y la magia, las puso Hungría, el Aranycsapat,
el Equipo de Oro, con Ferenc Puskás, Sándor Kócsis y Zoltán Czibor como
máximos exponentes, quienes derrotaron a los alemanes en la fase de grupos por
8 a 3, y cayeron 3 a 2 en la final, ya con el equipo muy disminuido por lesiones,
el Milagro de Berna.
Suecia
1958
Luego
del derrocamiento de Juan Domingo Perón en 1955, por parte de la denominada
Revolución Libertadora, se produjeron innovaciones que cambiaron drásticamente
la historia del país, y el fútbol no fue la excepción. Entre esos cambios
sobresalía la vuelta de la Selección argentina al Mundial, tras veinticuatro
años de ausencia (28 teniendo en cuenta que a Italia ’34 se presentó un equipo
amateur y duró sólo un partido). Argentina venía de una década del ’40 dorada,
y la del ’50 no se quedó atrás, tenía jugadores de excelente nivel, para muchos
fue la mejor época de la historia del fútbol nacional. La vuelta al ámbito
internacional ya se había dado durante el gobierno peronista, en febrero del
’55, en el Campeonato Sudamericano de Chile, donde la Selección, tras ocho años
de ausencia, se consagró campeona, algo que comenzó a alimentar los aires de
superioridad.
Se
logró un tercer lugar en Uruguay ’56, y Perú ’57 no sólo significó haber sido campeones
de América por undécima vez, sino también creerse de antemano campeones del
mundo. Los “Carasucias de Lima” (Orestes Corbatta, Humberto Maschio, Antonio
Angelillo, Enrique Omar Sívori, y Osvaldo Cruz)
alimentaron una fe ciega en la sociedad, goleando a Uruguay, a Brasil, a
Colombia, a Chile y a Ecuador.
Llegaron las eliminatorias para Suecia ‘58, las primeras para la
Selección, en las que logró clasificarse primera en el Grupo 2 Sudamericano,
donde compartía un triangular con Bolivia y Chile. El sorteo mundialista la
depositó en el Grupo A, junto con Irlanda del Norte, Alemania Federal y
Checoslovaquia.
Argentina iba a Suecia creyéndose campeona. No tenía ni a Alfredo Di
Stéfano, ni a Maschio, ni a Sívori, jugadores de primerísimo nivel, que habían
migrado al viejo continente y no podían ser convocados por el DT Guillermo
Stábile. De todos modos, Stábile llevó un conjunto competitivo: en el arco
estaba nada más y nada menos que Amadeo Carrizo, posiblemente el mejor arquero
de la historia de América; en la defensa figuraban, entre otros, Pedro Dellacha
y Federico Vairo; en el mediocampo Eliseo Prado, y Néstor “Pipo” Rossi, aunque este último ya con 33 años; y arriba Corbatta en su
plenitud, Cruz, José Sanfilippo y un histórico, Ángel Labruna, pero con 39
años. Y hay que destacar un detalle no menor, el
fútbol mundial iba evolucionando, táctica y físicamente, y el argentino no, se
había estancado en sistemas antiguos, y seguía
dependiendo de los firuletes.
Llegó
el primer cachetazo, en el debut, frente a Alemania. Se había comenzado ganando
con un tanto de Corbatta a los 2’ ,
pero Helmut Rahn por dos y Uwe Seeler pusieron el 1 – 3 definitivo. Contra Irlanda
del Norte hubo un respiro, 3 – 1
a favor, nuevamente con Corbatta marcando el primero, y
esta vez con Norberto Menéndez y Ludovico Avio sellando el triunfo. Peter McParland
había puesto el 0 – 1 parcial a favor de los norirlandeses. El tercer partido
iba dejar una de las peores manchas en la historia de la Selección nacional, 1
– 6 ante Checoslovaquia. Abrió la cuenta Milan Dvorák a los 8’ , le siguieron dos tantos de
Zdenek Zikán, a los 17’
y a los 40’ .
Corbatta puso su intacta cuota de gol a los 65’ , pero Jiri Feureisl a los 69’ y Václav Hovorka a los ’82
y ’89 cerraron una de las peores caídas de Argentina, que así se despidió del
Mundial, desilusionada, con pena y sin gloria. A este pobre desempeño se lo
conoce hasta el día de hoy como "el desastre de Suecia".
El
campeón fue Brasil, derrotó por 5
a 2 a
los suecos en la final, con un joven y brillante Pelé que comenzaría a forjar
la historia más rica del fútbol brasileño.
Delegación argentina:
Arqueros:
Amadeo Carrizo (River Plate), Julio Musimessi
(Boca Juniors).
Defensores:
Pedro Dellacha (Racing), Federico Vairo (River
Plate), Juan Francisco Lombardo (Boca Juniors), José Varacka (Independiente),
Alfredo Pérez (River Plate), Federico Edwards (Boca Juniors), David Acevedo
(Independiente), José Ramos Delgado (Lanús).
Mediocampistas:
Néstor Rossi (River Plate), Eliseo Prado (River
Plate), Eliseo Mouriño (Boca Juniors), Ludovico Avio (Vélez Sarsfield).
Delanteros:
Orestes Corbatta (Rascing), Norberto Menéndez
(River Plate), Alfredo Rojas (Lanús), Ángel Labruna (River Plate), Norberto Boggio (San Lorenzo), Ricardo infante
(Estudiantes de La Plata), José Sanfilippo (San Lorenzo), Osvaldo Cruz
(Independiente).
Director técnico:
Guillermo Stábile.
Repercusiones tras la
caída
El
equipo fue recibido en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza por alrededor de
diez mil simpatizantes, sin un rasgo de simpatía. Fue totalmente repudiado,
insultado, le arrojaban monedas y le hacían señas recordando el 6 a 1. La prensa fue muy crítica
con los jugadores argentinos, y algunos periodistas fomentaban ir a buscarlos
con palos y piedras, eran considerados unos vende patria.
Amadeo
Carrizo decidió renunciar a la Selección, aunque volvió para la Copa de las
Naciones en el ’64. Labruna declaró que no estaban preparados ni física, ni
tácticamente para afrontar tres partidos en una semana. Guillermo Stábile
renunció a la dirección técnica en 1960, un cargo que mantenía desde 1939, con
el que pudo conseguir seis copas sudamericanas. Tras la despedida de Stábile
llegaría un desfile de doce directores
técnicos, sin respetarse ningún proyecto, hasta la llegada César Luis Menotti
en 1974.
Mao Castro (@The_Maumeister)
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